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CICLO:Revelando la Ciudad
Pamplona es el lugar de los mil nombres, una cuidad rodeada de arquitectura colonial y republicana sobre la que pesan mitos y leyendas sin fin, pasear por sus calles deja el sabor agradable del recuerdo, pero complica un poco hablar de su historia separada de las nostalgias propias de la naturaleza humana, estas calles reflejan el pasado hidalgo que estuvo acompañado de la ostentación desatada por la fiebre del oro, pocos años después de su fundación. En contraste hoy Pamplona es una ciudad parasito de la educación, sin ningún desarrollo industrial ni agrícola destacado.
Habiendo vivido durante largos años en sus barrios me queda claro que esta es una ciudad plagada de costumbres religiosas afianzadas por la tradición, conservadora, no solo en su ambiente diurno sino también en su ordenamiento territorial, sólo en su centro histórico Pamplona dio espacio a siete iglesias, el palacio arzobispal y un convento. De punta a punta Pamplona limita con el arraigo de sus creencias religiosas, por el norte "Cristo rey" y por el sur "la virgen del Zulia". De los pocos historiadores que ha dado esta tierra fría, por lo menos la mitad han sido miembros de la iglesia, lo que constituye un sesgo en su visión histórica, incluso el pionero de este tipo de investigación no fue pamplonés pero si fue cura.
La superstición es otro elemento característico, su tradición oral esta cargada por los cuentos de antaño en los que Borrero, las ánimas, el Cristo del humilladero, los duendes, la gritona, se juntan para explicar muchos de los sucesos de la vida pamplonesa que se asemeja mas a la de un pueblo que a la de una ciudad, título que ostenta desde el siglo XVI. Es además un lugar que no ha sido alcanzado por la crudeza de la realidad colombiana, su ubicación entre las montañas de la cordillera oriental hace un paisaje melancólico en el que se convive con tranquilidad.
El paisaje nocturno deja de lado las insistentes palabras de los curas y las mamás rezanderas haciendo de Pamplona un lugar propicio a la rumba & el vicio, de noche la ciudad es joven y curiosa se presta a las nuevas experiencias que las drogas ofrecen con facilidad, donde las tribus urbanas se declaran desde la vestimenta y la actitud, los parches punk, los emo, los rasta, todos tiene sus propias etiquetas y militan dentro de ideologías que se han convertido en una simple moda.
La superstición es otro elemento característico, su tradición oral esta cargada por los cuentos de antaño en los que Borrero, las ánimas, el Cristo del humilladero, los duendes, la gritona, se juntan para explicar muchos de los sucesos de la vida pamplonesa que se asemeja mas a la de un pueblo que a la de una ciudad, título que ostenta desde el siglo XVI. Es además un lugar que no ha sido alcanzado por la crudeza de la realidad colombiana, su ubicación entre las montañas de la cordillera oriental hace un paisaje melancólico en el que se convive con tranquilidad.
El paisaje nocturno deja de lado las insistentes palabras de los curas y las mamás rezanderas haciendo de Pamplona un lugar propicio a la rumba & el vicio, de noche la ciudad es joven y curiosa se presta a las nuevas experiencias que las drogas ofrecen con facilidad, donde las tribus urbanas se declaran desde la vestimenta y la actitud, los parches punk, los emo, los rasta, todos tiene sus propias etiquetas y militan dentro de ideologías que se han convertido en una simple moda.
La cuidad estudiantil, como es llamada por su gran cantidad de colegios (en su mayoría católicos) y su prestigiosa universidad, se mueve entre lo profano y lo divino, en un lugar que intenta dar respiración artificial a sus espacios culturales, entre los que se cuentan dos incipientes grupos de teatro, una corporación de cine, una biblioteca pública y sus conocidos museos. Pamplona espera por la construcción de su identidad, de una historia real que baje del pedestal a sus héroes y dé paso a la historia de su muerto sector agrícola e industrial, a la vida cotidiana de sus antiguos pobladores, a una explicación de sus sucesos desligada de factores mágicos, porque como dijo Galeano “se nos oculta lo que fuimos” y se nos mantiene entretenidos con cuentos nada parecidos a la Historia.
Algunos de los nombres que le ha dado el tiempo: Hulago, Valle del espíritu santo, Nueva Pamplona de Indias, Ciudad mitrada, Ciudad estudiantil, Pamplonilla la loca, Fundadora de ciudades, Ciudad patriota.
Algunos de los nombres que le ha dado el tiempo: Hulago, Valle del espíritu santo, Nueva Pamplona de Indias, Ciudad mitrada, Ciudad estudiantil, Pamplonilla la loca, Fundadora de ciudades, Ciudad patriota.
Ahora que has leído te invito para que escribas en este ciclo de palabras a la ciudad.
Dudas, sugerencias, reclamos, invitaciones, insultos; Todo en los comentarios.
Por si acaso: las fotos fueron tomadas del Museo Fotográfico de Toto Villamizar.
Tume
3 comentarios:
Mi único paseo pamplones me hizo ver una ciudad evidentemente conservadora, como lo describe nuestra querida historiadora, pero con un no sé qué diablos que me gustó...
Será, tal vez por lo que anduve acompañado de calle a calle con una pamplonesa que muy amorosamente me enseñó algunas de sus coqueterías... mmm... No sé. Lo cierto es que cuando pienso en la banca solitaria del parque frente al Museo Ramírez Villamizar me dan unas ganas irresistibles de irme a estar por allá, con librito debajo del brazo, viendo pasar la tarde... plácido... (suspiro)
Pienso que en cuanto a lo religioso
pamplona solo mantine la istoria y no se porque nos encanta ablar con orgullo de eso, pero otras regiones
conserban su legado.
Leiner Escobar.
Hola Soy Diego Montañez, y comparto tus palabras yo cree Pamplona Cultural ante ese vació Cultural en Pamplona www.arcupam.com
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