viernes, julio 27, 2007

Un añito

¡Sapo verde tu yu!

Hace un año nos sentamos a hablar con Gonzalo Arango. Esta vez, nos volcamos a cantar con...


El compadre de La Tigra

Todo empezó con cinco palabritas. Las cantó la noche del 20 de junio en un altillo que, pensándolo ahora, hacía homenaje al empinado lugar al que le es fiel: allá arriba, casi rozando la marquesina del Teatro Colón de Bogotá, lo escuchamos sonar una y otra vez, sintonizado con las tierras santas que camina. Con las trochas, los pasos de mulas y los locos que las habitan.

Fue en medio del toque de sonrisas y abrazos melódicos que las soltó, como regalo de Barajas, un piedecuestano generoso: Uno es lo que pinta, dijo que le dijo el pintor. Uno es lo que pinta, mama, dice que le dice a Olga Cecilia Corredor Arévalo de Velandia, la mamá.

Le pregunté por esa máxima y esquivo me contestó que sólo su música responde quien es él, Edson Velandia, conocido por muchos por ser un tejedor de cabuya y por otros por ser compadre de La Tigra.

Edson Agustín es son que sale a gustín, me tocó probarle. Que ilumina los días y corre, viaja, transita por las tierras de todos. Y con aires de contentura y desparpajo canta, haciendo uso de su sagrado derecho a ser poesía.

Cultivador

El señor Edson Agustín Velandia Corredor, además de tener tres hermanos (Herberth, Zulay y Wilmar), ser hijo de Doña Olga, “la mujer que más me ha marcado” y de Don Germán, “un afiebrado de la música llanera, carranguera, carrilera, de cantina; un viejo humorista, escritor de poesía popular que toda la vida me ha alimentado de tierra”, es también cogollo de la matria Piedecuesta y de la patria Chicamocha y como tal, antes que nada, un labriego...

“Yo no soy músico. Yo soy como un cultivador, me gusta arar la tierra y encontrarle sustancia... Estoy permanentemente escuchando mi entorno, lo que todo el mundo escucha, lo que todo el mundo habla. Las palabras nuevas que voy conociendo las aprehendo y las incluyo de inmediato si las siento, si me ayudan a expresarme. No se trata de usarlas por usarlas, como si fuera un caníbal, sino que cuando sonoramente las siento cargadas de sentido me las trago de una. Hoy escuche por ejemplo a alguien que anduvo “carnavaliao”; otra persona me dijo que lo mejor para cuando uno se “achangua” (se insola) es tomarse un chorro de “barasalero” (aguardiente artesanal)... Esas palabras ya las tengo en la mira pa meterlas en una canción, porque hablan de lo que yo vivo permanentemente, de viajar por el monte, de caminar bajo el sol, de celebrar todo el tiempo”.

De eso se trata esta recua en la que anda trepado. Un vagabundeo, más que con guitarra, con peinilla lista para rizar cualquier peña. Porque las Once Rasqas que nos proponen Velandia y La Tigra, además de parecer un género indefinible, son universales. “En la rasqa no hay el sentimiento tradicional de lugar y de región. La rasqa es universal, no mira nada como si no le fuera propio. Todo es de aquí, del mundo conocido y del imaginado”.

Dato fuerte ese. “Hablar de uno mismo es hablar del universo entero... No me gusta el regionalismo, ni las fronteras políticas o raciales, eso es lo que menos debemos cultivar. Y si hablo de mi pueblo, y en el vocabulario de mi pueblo, lo hago porque soy un contador de historias y hablo de lo que veo y de lo que me pasa a mí y a la gente que conozco... Pero nos reinventamos todos los días como individuos y como pueblo. Lo que me gustaría que la gente sintiera es que ser santandereano no tiene nada de particular. Hay que ser simples, sensatos y generosos con la naturaleza en general, y eso nos incluye a nosotros mismos. Por eso la rasqa aunque es de aquí, no obedece a un dogma de región”.



¿Neo carranguero?

Edson Velandia me suena a Jorge Velosa. Será por el parecido de apellidos (Los nombres delatan épocas: La tradicional de Jorge. La reciente de Edson). Será por el genio atractivo y contundente con el que pueblan sus canciones (Ay Julia, Julia, Julia / Julia de mi amor / Yo te quiero Julia / más que a mí camión, de Veloza y, envenená está mi gana / de quedármele en el rancho / y salir amanecío, de Velandia). Será por el parecido de invenciones: la del uno la carranga. La del otro la rasqa.

Será por el anhelo de ambos del amor y la mujer soñada (“esa mujer, debe ser como todas a la vez”, detalla Velandia, “el resumen del universo, ella y uno, la unión mística, la creación: el amor.)

O será por su compartida vena política (“Yo soy un man contento y descontento”, vuelve Edson. “A menudo le echo de las dos cosas al plato pa no enceguecerme con ilusiones. Vivimos una sociedad que para nada me brinda satisfacción, al contrario me hace muy despechado, frustrado como persona, como parte de un colectivo...”

O será por las tantas veces que le escuchado a Velosa cantar que en la vereda´e Velandia / del municipio de Saboya / una cucharita e hueso le regalaron por amistad...

A lo mejor. Lo cierto es que existe una manera original de pensar en ambos y una re-evolución en sus músicas, que a oídos de este mero espectador, los acercan y los arropan en la misma familia.

Sobrados meritos conocemos de Jorge. Y ya a Edson le descifraron su trabajo como “uno de los más sorpresivos en la historia reciente de la música colombiana”. Velosa es el carranguero mayor, ¿a dónde llegará Velandia?

“Yo siembro con gusto esta música que hago pa todos, pa compartirla, porque esa es mi misión en esta vida. No espero nada, ni anhelo nada. Yo sólo hago mi oficio y eso da sus frutos, es natural, no soy yo quien domina esas leyes de la naturaleza. Hacer bien mi trabajo, sé que ayuda al equilibrio de las cosas.”

Estoy de acuerdo Edson: su sentimiento natural por la vida, su gracia y su fuerza jovial esparcidas en un escenario, ayudan a mejorar este loco y complejo Universo colectivo.


Encuéntrese con Velandia y La Tigra
www.myspace.com/velandia

*

Encuéntrese con el que escribió
www.myspace.com/tigrearbolcometa

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo no estar de acuerdo con una visión simple y generosa, con la inexistencia de regiones, cosa que tanto nos ha costado entender y que tantos problemas nos ha causado como colectivo. Yo también estoy de acuero con Velandia, ya viene siendo hora de hacer la vida con un sentimiento verdadero por que sin dominar las leyes podemos contribuir al equilibrio y procurarnos mas días de fiesta entre la tierra y el cielo universal.

Anónimo dijo...

jajajay, jajajay!

yo creo que el parecido está en que a Velosa le regalaron la cucharita "en la vereda´e Velandia del municipio de Saboyá"

si les gusta jorgito, síganse nomás sus personas

http://www.myspace.com/jorgitoeltesoveloza

7jon dijo...

De una visitante

Hola...como vas?
Sabes que me gustan....la gran mayoria de los articulos de la casitaenelaire....Los Felicito!!
Saludos

Carolina

Anónimo dijo...

Celebración grande para apenas el primer añito al aire de La Casita en el Aire, nuestra casita. Sonoros rugidos los de Velandia, eh? Buena esa, tigre. Y buena esa también, tigreárbolcometa.