jueves, marzo 01, 2007

Las puertas de par en par

El Jardín... poesía nuestra de cada vida



CiNcO

La noche se hace cada vez
más lenta y pesada
el humo cae densamente
recorriendo cada una de las esquinas
de su cuerpo

Sus ojos están cubiertos de ceniza
la copa ya está vacia

Esta noche
estará
será volátil, lóbrego, libre
dibujará un par de alas sobre su espalda

mañana saldrá el sol
no estará mas allí.

yy44
Merce

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Reflexiones marinas sobre el amor, las personas y las piedras


“He dicho al almendro: “Háblame de Dios, hermano”. Y el almendro floreció”.
Niko Kazantzakis (1883-1957)

















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A Eliza

La garza


Mira aquella enorme piedra
encallada en la inmensidad del mar
invisible, bella
tiene una cara para el sol
y para el aire
otras tantas ocultas bajo el agua
peces de colores
nadan entre el misterio y la magia
quizá no las puedas ver
quizá no los puedas tocar
existe un universo desconocido abajo
arriba sobrevuelan las bandadas
aunque parezca
el mar no es infinito
ni la roca inerte
no te conformes como la garza
posada sobre la superficie
ciega, impávida
ponte la careta
quítate esa máscara
sumérgete hasta el fondo sin dudarlo
explórale
porque esa piedra
es una persona que camina por la playa

















y
yzzz
Agua


El amor es un arroyo
que se quiere cruzar
sin mojarse los zapatos
saltando de piedrita en piedrita
dejando atrás cada paso
y en cada salto una vida
escoges el camino
cada piedra es importante
como efímero cada amante
algunas seguras y grandes
otras pequeñas, lisas
pasajeras todas
crees amarlas
mientras las pisas
el miedo no se ahoga en la arena
con los pies secos a la orilla
una vez te mojas
comprendes
que esta agua sacia la sed
y es inofensiva

Fotografías: Zú
Texto: Chemas
altereggo@gmail.com
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Saberse todo

Olvidar que puedes pensar; vivir en la voluptuosidad del cuerpo. Vivir de la voluptuosidad del cuerpo. Gozar sumergiéndose en el río que ofrece tu reflejo. Degustar mirar y ser mirado. Desear y ser deseado. Descuidarse, perderse, carcajearse. Saberse irresistible. Recordar que eres inmaterial; sentir universos efervescentes hacia dentro y hacia fuera. “Envolver en lo sublime el manto de fealdad”. Evolucionar, crear, imaginar. Despertar, gritar. Desesperación. Saberse frágil. Destruirte. Destruir tus certezas, tus seguridades, tus firmezas. Burlarte de todos y de todo. Reconocer la malignidad adentro y no espantarse con ella. Deshincharte. Dormir en todas tus vidas. Liberarse de la opresión de ser alguna cosa. Hallar la puerta de salida a toda parte. Descansar, deambular. Llenar tu cama de arena y hojas. Despertar en medio de flores.
















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Escuchar lo que no queremos, ver en el mundo verdades diferentes, pero verdades, soportar una visión desde la otra orilla o simplemente una duda nueva para el nuevo día. De la mala forma en que nos enseñan a ver lo que para por dentro simplemente es un…

[CICLO DE LOS MALOS SENTIMIENTOS]
Porque aunque de rodillas lo pidas las cosas no se componen así


Ellos prostituyeron el amor y lo tomaron como excusa
Para su infelixidad.
Lo convirtieron en bandera de desgracias,
gritaban amarse …
Mientras clavaban suave y profundamente los puñales del dolor del alma.
Cerraron los ojos ante la verdadera forma del amor
… decidieron tomarlo en sus manos como arcilla barata
y convertirlo en cadenas,
Así aprendieron a simular realidades.
Sin más palabras se amarraron el uno al otro
Mientras se dejaban caer en un mundo de costumbres
Tan dañosas como su desgastado amor.
3
Angie


Roberto Bolaño
y la nueva generación “perdida” de escritores latinoameriacanos.
Un homenaje a su vida.


Por: Andrea Navarrete

“…cuando escucho a un escritor hablar de la inmortalidad de determinadas obras literarias me dan ganas de abofetearlo. No estoy hablando de pegarle sino de darle una sola bofetada y después, probablemente, abrazarlo y confortarlo.”

“El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y ésa es nuestra suerte.”
Roberto Bolaño




Roberto Bolaño, inadvertido para algunos, omnipresente para otros, y definitivamente vivo para mí, estuvo en Cartagena, con su espíritu trasgresor, su aspecto entre lo virtuoso y lo freak, cigarrillo en mano y cargado con los recuerdos más bellos para dos de sus amigos: Santiago Gamboa y Jorge Volpi. Si, Roberto Bolaño, el legendario, el poeta chileno, el escritor latinoamericano, un rebelde con causa, para quien “muchas pueden ser las patrias pero uno solo el pasaporte, y este pasaporte, evidentemente, es la calidad de la escritura”, estuvo deambulando por una ciudad que en medio de su pobreza celebraba la segunda versión de la fiesta literaria más importante de nuestro país, el HAY Festival de Literatura.

El encuentro cercano lo tuvimos el viernes 26 de Enero de este año en el Salón Rey del Claustro de Santo Domingo, un día de juerga, con el sol en el cenit, y auscultados por los buenos tratos que ofrece el aire artificial. Santiago Gamboa, escritor colombiano y Jorge Volpi, de origen mexicano, fueron los moderadores de la charla titulada “Roberto Bolaño y la nueva generación de escritores latinoamericanos”, una mesa muy bien dirigida ya que en vez de sortear preguntas sin sentido y hacer gala de un conversatorio cliché y esnobista, los escritores mantuvieron la atención de todos nosotros al contarnos las anécdotas más preciadas con el autor en vida.

Gamboa y Volpi no se presentaron como escritores y su charla no parecía la de dos colegas conversando sobre su oficio. Allí vimos dos amigos cercanos de Bolaño, quienes se acogieron al beneficio de la memoria y durante la hora de conversación se dejaron llevar por los caminos de las remembranzas y las buenas anécdotas que vivieron con el autor en sus últimos años de vida, cuando Bolaño estaba en plena redacción de su gran obra tristemente incompleta por la injusticia del azar, una novela de más mil páginas titulada “2666”, descreyendo de la inmortalidad literaria (inmortalidad que ahora lo convoca) y estando, a su vez, en fila de espera de un obligatorio transplante de hígado. Santiago Gamboa comentó que lo conoció en Paris después de escribirse mutuamente correos electrónicos, mientras que Jorge Volpi lo conoció cuando realizaba su doctorado en España y empezó a leer sus novelas. La influencia literaria del autor chileno en estos dos escritores también fue suscitada porque ambos asumieron un antes y un después de leer a Bolaño. Para Gamboa, “la buena literatura le cambia a uno el modo ver la vida, el mundo y todo a su alrededor. Cuando lo leí a él me pasó eso. Es un universo que lo contiene todo. No se puede escribir en Latinoamérica como si Roberto Bolaño no hubiese existido". Volpi, por su parte, señaló que “decenas de escritores, a pesar de lo contradictorio que puede parecer, aman a Roberto Bolaño. Él se convirtió en un referente para toda una generación que quiere escribir literatura”. Ambos autores convergieron en afirmar que Bolaño es uno de los escritores que un aprendiz nunca debería dejar de leer. Para ellos, él es su tótem.

En el conversatorio nos enteramos de otros aspectos desconocidos sobre su personalidad algo desdeñosa, su absoluta clandestinidad, su aspecto meditabundo, su extra-vagante irreverencia, su calidez y buen sentido del humor. Bolaño fue un provocador nato capaz de convertirse en amigo o enemigo de cualquiera en cinco minutos, defensor de su oficio y el oficio de los suyos porque la literatura para él estaba por encima de todas las cosas; sus malos tratos con el mundo editorial -que lo excluyeron convirtiéndolo en casi una sombra por muchos años y que lo llevaron a optar a la hora de la crítica por no “dejar a nadie con cabeza” en la literatura-, la desdicha de cancelar un compromiso minutos antes de subirse en un avión y hasta olvidar ir a una cita médica por escribir.

Así se pasaron los minutos, tan fugaces pero sustanciosos como la vida de Roberto Bolaño, mientras él desde una mecedora en el cielo, con su cabeza recostada en un libro por ser “la mejor almohada que existe” y con los pies descansando en el infierno, aferrado a un té y un cigarrillo, fue testigo del homenaje que se le rindió a un cronopio más de las letras latinoamericanas. Él era Roberto Bolaño, un hombre arrogante porque sabía que tenía una obra que lo defendía, autor de “Los detectives salvajes” novela con la que ganó los premios Herralde en 1998 y Rómulo Gallegos en 1999, “La pista de hielo” y “2666” por sólo nombrar algunas de sus obras. El gran escritor y poeta latinoamericano quien nació en Latinoamérica en 1953 y murió en su extrema juventud en el 2003.


La imagen proviene de http://www.letras.s5.com/rb141104.htm. Allí permanece un artículo de Rodrigo Fresán sobre su recorrido por 2666.Aprovechamos para darle la bienvenida a esta Casita de todos a Andrea Navarrete, una amiga virtual, según Don Chemas: va un abrazo de múltiples brazos... Para ella, y para todos, esta es su Casa!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chemas realmente este nuevo estilo le sienta bien, sus palabras en varias maneras siempre mostraran una forma diferente de ser ud mismo, tambien lo que dice y las fotos Zulescas traen buenos recuerdos, que demuestran que los momentos son tan valisos como realmente se nos venga en gana.

Anónimo dijo...

Si, las fotos de Zu están muy buenas. Lástima que uno deje de ponerle cuidado a obras como esas por la cantidad de piezas digitales que le pasan por los ojos; tanta imagen satura. Tal vez por eso prefiero las fotos a la antiguita.

Felicitaciones a todos por tener tan bonita esta Casita!

Anónimo dijo...

Nada. Mil felicitaciones y agradecimientos gigantes a todos los inquilinos q se reportaron en este vuelo, especialmente a la nueva "huesped de honor" por tan sustancioso aporte... Andrea: no es q nos guste especular, lo q pasa es q dejamos lo mejor para el final.

Y para cerrar este comentario, una frase candidata a epígrafe. Al final quedó relegada a la suplencia por caer como pedrada en ojo tuerto: "Haz bodas con las piedras, se dejan amar más q los hombres". Gracias.